¿PARA QUÉ SIRVE LA SEMIÓTICA?
No se si puedo explicarle mi frase pero si le puedo sintetizar mi posicion
sobre el tema del "canibalismo del analisis del discurso": los autores que
usted cita son efectivamente los fundadores de una disciplina en el interior
de la linguistica francesa que se llama "analisis del discurso" y que, en su
momento (mediados de la decada de los setenta) tuvo - y sigue teniendo - una
importancia fundamental porque renovo completamente el debate,(recordemos
que
para entonces la linguistica, inspirada por Chomsky, estaba discutiendo el
nivel de la frase) al punto que luego Foucault organiza su teoria de las
"formaciones discursivas" que desemboca en La Arqueologia del Saber, a
partir
de estos autores (pero, curiosamente, no los cita jamas!).
En ese momento yo estudiaba en la universidad de Bologna y recuerdo
perfectamente que los italianos seguian muy atentamente el desarrollo del
analisis del discurso frances, publicaron muchos libros (Manetti, Violi), en
Espana luego Lozano y Cristina Penamarin escribieron tambien sobre el tema:
es decir, habia como una frontera "flou" entre analisis del discurso y
analisis semiotico.
Luego los territorios se definieron mas claramente, particularmente por el
trabajo de descripcion de tipos de discurso que realizo la escuela
greimasiana y la escuela de Lotman, que obviamente tambien repercutieron en
los analistas de discurso, era, lo que le gustaria llamar a Steimberg, un
"clima de epoca" de transfusiones y debates.
Posteriormente, y ahi viene mi frase sobre el canibalismo, segundas
generaciones de analistas, incorporaron presupuestos greimasianos y
lotmianos
( y particularmente lo afirmo porque he asistido a las clases) como logros
del analisis del discurso y no como de donde venian: de la sociosemiotica.
En sintesis, el analisis del discurso me resulta una sociosemiotica con otro
nombre, del mismo modo que los "cultural studies" me resultan la forma
anglosajona de tratar la importantisima tradicion de antropologia cultural
inglesa en clave de "teoria de la cultura", como llamaba Eco a la semiotica
en la decada de los setenta y que recuerda acertadamente una de las
integrantes de este debate.
Solo que, y aqui me parece interesante el lapsus, ninguna de estas dos
disciplinas emergentes RECONOCIO JAMAS, ni aludio nunca, ni hizo referencia,
al trasvasamiento de conceptos, a los vasos comunicantes, al baul de utiles
que habia suministrado la semiotica.
La prueba: en el primer numero de la revista DeSigniS dedicado a la moda,
objeto "heteroclito" por excelencia, Elizabeth Wilson, la mas importante
antropologa cultural inglesa dedicada a la moda ( y de una seriedad
intelectual a prueba de bombas) reconoce - en la entrevista que le hace en
Londres Guillermo Olivera ( y apretada por el para que se defina) - que si,
que algunos conceptos de la semiotica barthesiana como nada menos que el
concepto de "codigo" se incorporaron a los estudios culturales! Y en el
segundo numero, dedicado al discurso politico (tipico objeto fetiche
"leido" desde la semiotica y desde el analisis del discurso y desde tantas
otras disciplinas) Patrick Charaudeau en su brillante texto "Para que sirve
el analisis del discurso politico?" hace referencia a las disciplinas que
convergen en el analisis del discurso politico (sociologia, historia,
ciencias politicas) y olvida "casualmente" a la semiotica que, con toda su
reflexion sobre las modalidades y las modelizaciones produce una lectura
"estrategica" e interaccionista de estos fenomenos de produccion de sentido
sin la cual no se puede entender un discurso en accion generador de pasiones
como es el discurso politico.
Que pasa? tenemos mal aliento? Somos una disciplina "menor" a la que no se
puede citar porque queda mal pero si usar conceptualmente? somos "negros" en
el sentido de los escribientes que escriben los textos de los grandes cuando
estos no tienen tiempo? jugamos en el patio de atras del colegio?
Usted podra objetarme, sin duda, que los conceptos circulan y que no se
puede
controlar el "uso" que hace de ellos una comunidad cientifica, es mas, que
todo el trabajo intelectual no es otra cosa que una practica intertextual,
pero me reconocera tambien que es la sistematicidad del lapsus lo que
resulta puede resultar sospechoso.
Mi hipotesis es que este canibalismo se produce por la proximidad de los
corpus analizados y por la proximidad de la perspectiva: en el caso del
discurso politico ambos analisis convergen en una lectura centrada en la
enunciacion. Mi otra hipotesis es que hay mala fe y sencillamente plagio.
Pero esto es otra historia que tiene que ver con las opiniones personales y
no con un debate que se pueda llevar adelante en esta sede.
Para mayor datos sobre las relaciones entre semiotica y analisis del
discurso, el esclarecedor texto de Veron "Pièce à conviction", donde Veron
destruye practicamente la perspectiva del "analisis del discurso" si no esta
inserta en una reflexion mayor sobre el funcionamiento social del sentido.
Veron y Fisher se venian peleando con Pecheaux sobre el analisis del
discurso
desde la epoca en que escribieron "Baranne est une crème" y desde el numero
que organizo Veron "Semiosis de l'idéologie et du pouvoir" para la revista
Communication en 1978.
Pero esto es ya, otro problema.
Gracias por haber prestado atencion a mis palabras, escritas con la
improvisacion y la inmediatez al que el genero "net" nos tiene, sin duda,
acostumbrados.
Con cordialidad, Lucrecia Escudero
PS:Para la respuesta esclarecedora de Caro: es cierto, la perspectiva
postivista permeo la base "linguistica" de la semiotica, pero la teoria del
valor saussureano (que toma de la economia) es, sin duda, la ruptura mas
acabada con el positivismo decimononico.
Y es cierto tambien lo que dice Ana: el formalismo linguistico ha sido un
corset estrecho que impidio crecer a la semiotica, pero tambien le dio rigor
en la eleccion de del nivel de "pertinencia" del analisis.
SEMIÓTICA Y DISCURSO POLÍTICO
Estimados colegas: En primer lugar, agradezco a Lucrecia Chauvel por su
respuesta. Me resulta interesante la mención de la polémica Verón-Pêcheux
sobre el abordaje del estudio del discurso político.
Sobre el tema en cuestión, no conozco el trabajo de Verón que Lucrecia cita,
pero sí conozco el que se publicó en 1987 con el título de "La palabra
adversativa" en un volumen colectivo sobre el discurso político, donde
impugna el concepto de enunciación como "el acontecimiento histórico
producido por la aparición del enunciado", estableciendo una noción de
enunciador como "modelización abstracta que permite el «anclaje» de las
operaciones discursivas a través de las cuales se construye, en el discurso,
la «imagen» del que habla". En otros términos, el burgués no «hablaría»
necesariamente como burgués si trata de seducir al electorado que es,
mayoritariamente, no burgués, sino que construiría un discurso pro-burgués,
pero que no generase rechazos ni en la burguesía ni en la clase trabajadora
(esta afirmación es una suposición mía a partir de la cuestión de los
"metacolectivos" como ideologemas del discurso político). Los políticos
prefieren hablar actualmente de "la gente" en lugar de hablar de "el pueblo"
(por lo menos sucede esto en la Argentina de hoy), pues "el pueblo" es un
concepto que aparece asociado al de "clase trabajadora" o simplemente
"trabajadores" en el discurso peronista tradicional; en cambio, "gente"
parece un término más despolitizado y a la vez unificador de clases.
Pero en el trabajo citado de Verón puede observarse el concepto de "cuerpo
político", como "cuerpo significante", portador de discurso. Bajo este
paradigma resulta significativo que el ex presidente Menem haya producido
acontecimientos como el de su casamiento para contrarrestar los efectos
públicos de su entonces inminente encarcelamiento (o luna de miel sui
géneris), o que haya utilizado un programa como el de Nicolás Repetto para
defenderse de las acusaciones en su contra. Esto quiere decir que no
solamente el componente verbal es analizable en este tipo de discursos, y
aquí coincido con un enfoque amplio del análisis del discurso como el que
defiende Lucrecia, admitiendo que lo semiótico, aun a pesar de la dificultad
de codificar ciertos lenguajes, es un elemento de gran utilidad en el
análisis del discurso político, como lo es en muchos otros casos.
No se si puedo explicarle mi frase pero si le puedo sintetizar mi posicion
sobre el tema del "canibalismo del analisis del discurso": los autores que
usted cita son efectivamente los fundadores de una disciplina en el interior
de la linguistica francesa que se llama "analisis del discurso" y que, en su
momento (mediados de la decada de los setenta) tuvo - y sigue teniendo - una
importancia fundamental porque renovo completamente el debate,(recordemos
que
para entonces la linguistica, inspirada por Chomsky, estaba discutiendo el
nivel de la frase) al punto que luego Foucault organiza su teoria de las
"formaciones discursivas" que desemboca en La Arqueologia del Saber, a
partir
de estos autores (pero, curiosamente, no los cita jamas!).
En ese momento yo estudiaba en la universidad de Bologna y recuerdo
perfectamente que los italianos seguian muy atentamente el desarrollo del
analisis del discurso frances, publicaron muchos libros (Manetti, Violi), en
Espana luego Lozano y Cristina Penamarin escribieron tambien sobre el tema:
es decir, habia como una frontera "flou" entre analisis del discurso y
analisis semiotico.
Luego los territorios se definieron mas claramente, particularmente por el
trabajo de descripcion de tipos de discurso que realizo la escuela
greimasiana y la escuela de Lotman, que obviamente tambien repercutieron en
los analistas de discurso, era, lo que le gustaria llamar a Steimberg, un
"clima de epoca" de transfusiones y debates.
Posteriormente, y ahi viene mi frase sobre el canibalismo, segundas
generaciones de analistas, incorporaron presupuestos greimasianos y
lotmianos
( y particularmente lo afirmo porque he asistido a las clases) como logros
del analisis del discurso y no como de donde venian: de la sociosemiotica.
En sintesis, el analisis del discurso me resulta una sociosemiotica con otro
nombre, del mismo modo que los "cultural studies" me resultan la forma
anglosajona de tratar la importantisima tradicion de antropologia cultural
inglesa en clave de "teoria de la cultura", como llamaba Eco a la semiotica
en la decada de los setenta y que recuerda acertadamente una de las
integrantes de este debate.
Solo que, y aqui me parece interesante el lapsus, ninguna de estas dos
disciplinas emergentes RECONOCIO JAMAS, ni aludio nunca, ni hizo referencia,
al trasvasamiento de conceptos, a los vasos comunicantes, al baul de utiles
que habia suministrado la semiotica.
La prueba: en el primer numero de la revista DeSigniS dedicado a la moda,
objeto "heteroclito" por excelencia, Elizabeth Wilson, la mas importante
antropologa cultural inglesa dedicada a la moda ( y de una seriedad
intelectual a prueba de bombas) reconoce - en la entrevista que le hace en
Londres Guillermo Olivera ( y apretada por el para que se defina) - que si,
que algunos conceptos de la semiotica barthesiana como nada menos que el
concepto de "codigo" se incorporaron a los estudios culturales! Y en el
segundo numero, dedicado al discurso politico (tipico objeto fetiche
"leido" desde la semiotica y desde el analisis del discurso y desde tantas
otras disciplinas) Patrick Charaudeau en su brillante texto "Para que sirve
el analisis del discurso politico?" hace referencia a las disciplinas que
convergen en el analisis del discurso politico (sociologia, historia,
ciencias politicas) y olvida "casualmente" a la semiotica que, con toda su
reflexion sobre las modalidades y las modelizaciones produce una lectura
"estrategica" e interaccionista de estos fenomenos de produccion de sentido
sin la cual no se puede entender un discurso en accion generador de pasiones
como es el discurso politico.
Que pasa? tenemos mal aliento? Somos una disciplina "menor" a la que no se
puede citar porque queda mal pero si usar conceptualmente? somos "negros" en
el sentido de los escribientes que escriben los textos de los grandes cuando
estos no tienen tiempo? jugamos en el patio de atras del colegio?
Usted podra objetarme, sin duda, que los conceptos circulan y que no se
puede
controlar el "uso" que hace de ellos una comunidad cientifica, es mas, que
todo el trabajo intelectual no es otra cosa que una practica intertextual,
pero me reconocera tambien que es la sistematicidad del lapsus lo que
resulta puede resultar sospechoso.
Mi hipotesis es que este canibalismo se produce por la proximidad de los
corpus analizados y por la proximidad de la perspectiva: en el caso del
discurso politico ambos analisis convergen en una lectura centrada en la
enunciacion. Mi otra hipotesis es que hay mala fe y sencillamente plagio.
Pero esto es otra historia que tiene que ver con las opiniones personales y
no con un debate que se pueda llevar adelante en esta sede.
Para mayor datos sobre las relaciones entre semiotica y analisis del
discurso, el esclarecedor texto de Veron "Pièce à conviction", donde Veron
destruye practicamente la perspectiva del "analisis del discurso" si no esta
inserta en una reflexion mayor sobre el funcionamiento social del sentido.
Veron y Fisher se venian peleando con Pecheaux sobre el analisis del
discurso
desde la epoca en que escribieron "Baranne est une crème" y desde el numero
que organizo Veron "Semiosis de l'idéologie et du pouvoir" para la revista
Communication en 1978.
Pero esto es ya, otro problema.
Gracias por haber prestado atencion a mis palabras, escritas con la
improvisacion y la inmediatez al que el genero "net" nos tiene, sin duda,
acostumbrados.
Con cordialidad, Lucrecia Escudero
PS:Para la respuesta esclarecedora de Caro: es cierto, la perspectiva
postivista permeo la base "linguistica" de la semiotica, pero la teoria del
valor saussureano (que toma de la economia) es, sin duda, la ruptura mas
acabada con el positivismo decimononico.
Y es cierto tambien lo que dice Ana: el formalismo linguistico ha sido un
corset estrecho que impidio crecer a la semiotica, pero tambien le dio rigor
en la eleccion de del nivel de "pertinencia" del analisis.
SEMIÓTICA Y DISCURSO POLÍTICO
Estimados colegas: En primer lugar, agradezco a Lucrecia Chauvel por su
respuesta. Me resulta interesante la mención de la polémica Verón-Pêcheux
sobre el abordaje del estudio del discurso político.
Sobre el tema en cuestión, no conozco el trabajo de Verón que Lucrecia cita,
pero sí conozco el que se publicó en 1987 con el título de "La palabra
adversativa" en un volumen colectivo sobre el discurso político, donde
impugna el concepto de enunciación como "el acontecimiento histórico
producido por la aparición del enunciado", estableciendo una noción de
enunciador como "modelización abstracta que permite el «anclaje» de las
operaciones discursivas a través de las cuales se construye, en el discurso,
la «imagen» del que habla". En otros términos, el burgués no «hablaría»
necesariamente como burgués si trata de seducir al electorado que es,
mayoritariamente, no burgués, sino que construiría un discurso pro-burgués,
pero que no generase rechazos ni en la burguesía ni en la clase trabajadora
(esta afirmación es una suposición mía a partir de la cuestión de los
"metacolectivos" como ideologemas del discurso político). Los políticos
prefieren hablar actualmente de "la gente" en lugar de hablar de "el pueblo"
(por lo menos sucede esto en la Argentina de hoy), pues "el pueblo" es un
concepto que aparece asociado al de "clase trabajadora" o simplemente
"trabajadores" en el discurso peronista tradicional; en cambio, "gente"
parece un término más despolitizado y a la vez unificador de clases.
Pero en el trabajo citado de Verón puede observarse el concepto de "cuerpo
político", como "cuerpo significante", portador de discurso. Bajo este
paradigma resulta significativo que el ex presidente Menem haya producido
acontecimientos como el de su casamiento para contrarrestar los efectos
públicos de su entonces inminente encarcelamiento (o luna de miel sui
géneris), o que haya utilizado un programa como el de Nicolás Repetto para
defenderse de las acusaciones en su contra. Esto quiere decir que no
solamente el componente verbal es analizable en este tipo de discursos, y
aquí coincido con un enfoque amplio del análisis del discurso como el que
defiende Lucrecia, admitiendo que lo semiótico, aun a pesar de la dificultad
de codificar ciertos lenguajes, es un elemento de gran utilidad en el
análisis del discurso político, como lo es en muchos otros casos.
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